y se sentó en su sitio de costumbre, junto a la pared; Jonatán se sentó enfrente y Abner al lado de Saúl. Pero el sitio de David quedó vacío.
Dalila entonces gritó: —¡Sansón! ¡Los filisteos! Se despertó Sansón de su sueño pensando: —Saldré airoso como las otras veces y me los sacudiré de encima. No sabía que el Señor ya no estaba con él.
diciéndole: —Mañana es luna nueva y se te echará de menos, pues tu asiento estará vacío.
David se escondió en el campo y cuando llegó la luna nueva el rey asistió al banquete