luego mandaré al criado a buscarlas. Si le digo: «Mira, las flechas están más acá, recógelas», entonces puedes venir, pues estás a salvo y no hay peligro, ¡vive Dios!
Y si, igual que enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, aprenden ahora en serio a jurar por mi nombre diciendo: «Por vida del Señor» según tiene costumbre mi pueblo, entonces vivirán entre mi pueblo.
y también los que juran por el ídolo de Samaría, diciendo: «Lo juro, Dan, por quien adoras como dios; y lo juro también, Berseba, por tu dios». Caerán a tierra y no se levantarán.