1 Samuel 2:9

La Palabra (versión española)

Él guía los pasos de sus amigos, mientras los malvados se pierden en la oscuridad, porque nadie triunfa por sus fuerzas.

Referencias Cruzadas

Job 18:18

Lo llevan de la luz a las tinieblas, acaba expulsado del mundo,

Job 40:13

entiérralos juntos en el polvo, mételos a todos en el calabozo!

Job 5:16

así el indigente vive con esperanza, pues la maldad cierra su boca.

Job 5:24

disfrutarás de la paz de tu tienda, verás prosperar tus propiedades;

Salmos 1:6

pues el Señor protege la senda de los justos mientras la senda de los malvados se desvanece.

Salmos 105:37

Pero a ellos los sacó entre plata y oro, ninguno entre sus tribus sucumbió.

Salmos 121:3

No dejará que tropiece tu pie, no dormirá quien te protege.

Salmos 121:5

El Señor es quien te cuida, es tu sombra protectora.

Salmos 121:8

El Señor protege tus idas y venidas desde ahora y para siempre.

Salmos 145:20

El Señor protege a cuantos lo aman, pero a todos los malvados aniquila.

Salmos 31:17

Señor, a ti te invoco, que no quede defraudado; queden así los malvados, que en el abismo sucumban.

Salmos 37:28

Porque el Señor ama el derecho y no abandona a sus fieles; en todo momento los protege y extermina el linaje de los malvados.

Salmos 94:18

Si yo digo: «Mi pie resbala», tu bondad, Señor, me sostiene.

Salmos 97:10

Odiad el mal los que amáis al Señor: él guarda la vida de sus fieles, los libra de las garras del malvado.

Proverbios 16:9

El ser humano proyecta su camino, pero es el Señor quien dirige sus pasos.

Proverbios 2:8

protege al que se comporta rectamente y custodia el camino de sus fieles.

Proverbios 3:26

porque el Señor estará a tu lado y pondrá tus pies a salvo de las trampas.

Eclesiastés 5:17

Esta es la felicidad que yo he encontrado: que conviene comer, beber y disfrutar de todos los afanes y fatigas bajo el sol, durante los contados días de vida que Dios da al ser humano, porque esa es su recompensa;

Eclesiastés 9:11

He visto además bajo el sol que los veloces no ganan siempre la carrera, ni los valientes la guerra, ni los sabios tienen sustento, ni los inteligentes riqueza, ni los instruidos estima, pues en todo interviene el tiempo y el azar.

Isaías 27:3

Yo, el Señor, me ocupo de ella, la riego muy a menudo; para que no le falten hojas, la cuido de noche y día.

Isaías 47:5

Siéntate en silencio, entre tinieblas, capital de los caldeos, que no volverán a llamarte «señora de los reinos».

Jeremías 8:14

¿Qué hacemos aquí sentados? Vayamos juntos a las ciudades fortificadas y acabemos allí de una vez, pues es el Señor nuestro Dios quien quiere acabar con nosotros; nos da a beber nuestras lágrimas, pues hemos pecado contra el Señor.

Jeremías 9:23

El que alardee, alardee de esto: de tener entendimiento y conocerme, de saber que yo soy el Señor, que pongo en práctica la fidelidad, la justicia y el derecho en el país. Estas son las cosas que me agradan —oráculo del Señor.

Nahúm 1:8

Mas con una inundación arrolladora destruirá la tierra de los adversarios y a sus enemigos sumirá en tinieblas.

Sofonías 1:15

Día de ira será aquel día, día de angustia y aflicción, día de ruina y desolación, día de oscuridad y tinieblas, día de densos nubarrones,

Números 6:24

¡Que el Señor te bendiga y te proteja!

Mateo 8:12

En cambio, los que primero fueron llamados al Reino serán arrojados afuera, a la oscuridad. Allí llorarán y les rechinarán los dientes.

Romanos 3:19

Ahora bien, es sabido que todo lo que dice la ley se lo dice a quienes están bajo su yugo. Nadie, por tanto, tendrá derecho a hablar y el mundo entero ha de reconocerse culpable ante Dios.

Deuteronomio 33:3

Él ama a los pueblos; protege a los que se consagran a él. Por eso se postran a tus pies y de ti reciben instrucción.

1 Pedro 1:5

a quienes el poder de Dios asegura, mediante la fe, la salvación que ha de revelarse en el momento final.

2 Pedro 2:17

Esos individuos son manantiales sin agua, nubes arrastradas por el huracán. Densas tinieblas los aguardan,

Judas 1:1

Judas, servidor de Jesucristo y hermano de Santiago, a los que han sido llamados a vivir bajo el amor de Dios Padre y la custodia de Jesucristo.

Judas 1:13

Son olas de un mar embravecido, que arroja la espuma de sus propias desvergüenzas; estrellas fugaces, cuyo eterno destino es la tiniebla sin fondo.

Judas 1:3

Queridos hermanos, ardía yo en deseos de escribiros acerca de un asunto que a todos nos concierne: el de nuestra salvación. Pero ahora debo hacerlo forzado por las circunstancias, pues es preciso alentaros a combatir en defensa de la fe confiada a los creyentes de una vez por todas.

1 Samuel 25:26

Ahora, señor mío, por la vida del Señor y por tu propia vida, es el Señor quien te impide derramar sangre y tomarte la justicia por tu mano. ¡Ojalá sean como Nabal todos tus enemigos y los que buscan la ruina de mi señor!