E inmediatamente el profeta ofreció una señal, diciendo: —He aquí la prueba de lo que el Señor ha dicho: el altar va a romperse en pedazos y se esparcirán las cenizas que hay en él.
Mantendré a alguno al servicio de mi altar, hasta que se apaguen tus ojos y se extinga tu vida, pero la mayor parte de tu familia morirá violentamente.
Y el mensajero respondió: —Israel ha huido ante los filisteos y el ejército ha sufrido una gran derrota. Tus dos hijos, Jofní y Finés, también han muerto y el Arca de Dios ha sido capturada.
Al niño le puso por nombre Icabod, pues decía: «Israel se ha quedado sin gloria», refiriéndose a la captura del Arca de Dios y a las muertes de su suegro y de su marido.