Ya antes, cuando Saúl aún reinaba, eras tú el que dirigías a Israel. Además, el Señor tu Dios te ha dicho: «Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel».
Moisés insistió: —Señor, yo no tengo facilidad de palabra, y esto no me ocurre solo ahora que estás hablando con tu siervo, sino que me viene de antes; soy poco elocuente y se me traba la lengua.
Lleva tiempo preparado el Tófet también para el rey: se dispuso, ancha y profunda, su pira, con leña abundante; y el soplo del Señor la encenderá, convertido en torrente de azufre.
Al día siguiente, el mal espíritu atacó a Saúl que andaba por el palacio fuera de sí. David estaba tocando el arpa, como otros días. Saúl tenía la lanza en la mano