David había huido, poniéndose a salvo. Llegó a Ramá, donde estaba Samuel y le contó todo lo que le había hecho Saúl. Luego se fue con Samuel y se quedaron en Nayot.
y envió emisarios para capturarlo. Estos vieron a un grupo de profetas profetizando, dirigidos por Samuel. Entonces los invadió el espíritu de Dios y se pusieron también a profetizar.
Gentes de Zif subieron a Guibeá a informar a Saúl: —David está escondido entre nosotros, en los refugios de Jorés, en la colina de Jaquilá, al sur del desierto.