Mical descolgó por la ventana a David, quien salió huyendo y se puso a salvo.
Llegaron los servidores de Absalón a casa de la mujer y le preguntaron: —¿Dónde están Ajimás y Jonatán? La mujer les respondió: —Han ido hacia el agua. Ellos los buscaron y, al no encontrarlos, regresaron a Jerusalén.
Muchos son los males del justo, pero de todos lo libra el Señor;
Ella los descolgó por la ventana con una soga, pues la casa en que vivía estaba adosada a la muralla.
Los hijos de Saúl fueron Jonatán, Jisví y Malquisúa. La mayor de sus hijas se llamaba Merab y la pequeña Mical.