Y a partir de aquel momento Saúl sintió celos de David.
Advirtió también Jacob que Labán ya no lo trataba como antes.
Cruel es la furia e impetuosa la cólera; mas ¿quién puede resistir a la envidia?
Yo he visto que toda fatiga y éxito en el trabajo provoca la envidia entre compañeros. También esto es ilusión y vano afán.
¿no puedo hacer con lo mío lo que quiera? ¿O es que mi generosidad va a provocar tu envidia?».
los adulterios, la avaricia, la maldad, la falsedad, el desenfreno, la envidia, la blasfemia, el orgullo y la estupidez.
Y no deis al diablo oportunidad alguna.
No os quejéis, hermanos, unos de otros, para que no seáis condenados; el juez ya está a las puertas.
Al día siguiente, el mal espíritu atacó a Saúl que andaba por el palacio fuera de sí. David estaba tocando el arpa, como otros días. Saúl tenía la lanza en la mano
A Saúl no le gustó la copla y muy enfadado pensaba: a David le dan diez mil y a mí me dan mil. ¡Solo falta que lo hagan rey!
Saúl comentó ante su hijo Jonatán y ante todos sus servidores su plan para matar a David. Pero Jonatán, el hijo de Saúl, estimaba mucho a David