Esto dice el Señor del universo: «He decidido pedir cuentas a Amalec» por todo lo que le hizo a Israel, cerrándole el paso cuando subía de Egipto.
Elifaz tuvo una concubina llamada Timná, la cual le dio un hijo que se llamó Amalec. Estos fueron los descendientes de Adá, mujer de Esaú.
Guebal, Amón y Amalec, Filistea con los de Tiro;
Nadie enseñará a nadie diciendo: «Conoced al Señor», porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande —oráculo del Señor—; perdonaré sus culpas y ya no me acordaré de sus pecados.
No acaban de tener en cuenta que yo recuerdo todas sus maldades; ahora sus acciones los envuelven y están presentes ante mí.
Pues bien, el Señor ha jurado por el honor de Jacob que nunca se olvidará de esas acciones.
Entonces Balaán vio a Amalec y recitó este poema: Amalec es líder entre las naciones, pero acabará pereciendo para siempre.