Una sola cosa pido al Señor, solo esto quiero: sentarme en la casa del Señor todos los días de mi vida, contemplar la gracia del Señor y frecuentar su Templo.
el amo lo llevará ante los jueces y, acercándolo a la puerta o a la jamba, le perforará el lóbulo de la oreja con un punzón, con lo que se convertirá en su esclavo para siempre.
Tres veces al año irán todos los varones a presentarse ante el Señor tu Dios, al lugar que el Señor haya escogido: en la fiesta de los Panes sin levadura, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de las Enramadas. Nadie se presentará ante el Señor con las manos vacías,
les responderéis: «Es que las aguas del Jordán quedaron cortadas ante el Arca de la alianza del Señor: cuando el Arca cruzaba el Jordán, las aguas del Jordán se cortaron». Estas piedras servirán a los israelitas de recuerdo para siempre.
y le hizo esta firme promesa: —Señor del universo, si prestas atención a la humillación de tu esclava, si me tienes en cuenta y no me olvidas, si me concedes un hijo varón, te prometo que te lo entregaré de por vida y que nunca se afeitará la cabeza.
Samuel dijo a Saúl: —¡Has perdido el juicio! Si hubieras guardado el precepto que el Señor tu Dios te impuso, el Señor habría consolidado para siempre tu reinado sobre Israel.
David le respondió: —De acuerdo. Vas a saber lo que tu servidor es capaz de hacer. Y Aquís le replicó: —Entonces te haré de mi guardia personal para siempre.
El joven Samuel estaba al servicio del Señor bajo la custodia de Elí. Por aquel entonces los mensajes del Señor eran excepcionales y escaseaban las visiones.