Aarón y sus descendientes ofrecían sacrificios sobre el altar de los holocaustos e incienso sobre el altar de los perfumes en todos los servicios concernientes al lugar santísimo y hacían el rito de expiación por Israel, conforme a todo lo prescrito por Moisés, el siervo de Dios.
Galaad cortó a Efraín los vados del Jordán. Cuando los fugitivos de Efraín decían: «Dejadme pasar», los hombres de Galaad les preguntaban: «¿Eres de Efraín?». Si respondía: «No»,
Sucedió por aquel tiempo, cuando aún no había rey en Israel, que un levita que residía como inmigrante en la región más remota de la montaña de Efraín, tomó por concubina a una mujer de Belén de Judá.
Este hombre se llamaba Elimélec; su mujer, Noemí; y sus dos hijos, Majlón y Quilión. Todos eran efrateos, de Belén de Judá. Cuando llegaron a las tierras de Moab, se quedaron allí.
Recorrió la serranía de Efraín y el término de Salisá, pero no encontró las asnas. Recorrió el término de Saalín, y nada. Recorrió también el término de Benjamín y tampoco las encontró.
Cuando llegaron al término de Suf, Saúl dijo al criado que lo acompañaba: —Vamos a regresar, no sea que mi padre empiece a preocuparse más por nosotros que por las asnas.