pues quien cree que Jesús es el Hijo de Dios, triunfará sobre el mundo.
Jesús le contestó: —¡Cómo «si puedes»! Para el que tiene fe, todo es posible.
Quien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.
Si creemos que Jesús es el Cristo, somos hijos de Dios. Ahora bien, no es posible amar al padre sin amar también al que es hijo del mismo padre.
Sabemos, en fin, que el Hijo de Dios ha venido y ha iluminado nuestras mentes para que conozcamos al Verdadero. Y nosotros estamos unidos al Verdadero y a su Hijo Jesucristo, que es Dios verdadero y vida eterna.