Y si estamos seguros de que Dios siempre nos atiende, lo estamos también de conseguir lo que le pedimos.
te concedo lo que me has pedido: un corazón sabio y prudente, como nadie lo ha tenido antes de ti ni lo tendrá después.
Al malvado le sucede lo que teme, al justo se le cumplen sus deseos.
El Señor está lejos de los malvados y escucha la oración de los justos.
Por eso os digo que obtendréis todo lo que pidáis en oración, si tenéis fe en que vais a recibirlo.