1 Juan 3:1

La Palabra (versión española)

¡Mirad qué amor tan inmenso el del Padre, que nos proclama y nos hace ser hijos suyos! Si el mundo nos ignora, es porque no conoce a Dios.

Referencias Cruzadas

2 Samuel 7:19

Y por si te pareciera poco, Señor Dios, te has referido además a la dinastía de tu siervo para el futuro, como si se tratase de una ley humana, mi Señor.

Salmos 31:19

¡Qué inmensa es la bondad que reservas a quien te venera! La ofreces a quienes en ti confían, y todo el mundo es testigo.

Jeremías 3:19

Yo había pensado: Voy a contarte entre mis hijos, te daré una tierra deliciosa, la heredad más hermosa de las naciones. Pensaba que me llamarías «Padre», que no te apartarías de mí.

Lucas 20:36

como tampoco tendrán nada que ver con la muerte, porque serán como ángeles; serán hijos de Dios, porque habrán resucitado.

Juan 1:12

pero a cuantos la recibieron y creyeron en ella, les concedió el llegar a ser hijos de Dios.

Juan 11:52

Y no solamente por la nación judía, sino para conseguir la unión de todos los hijos de Dios que se hallaban dispersos.

Juan 15:21

Y todo lo que hagan contra vosotros por mi causa, lo harán porque no conocen a aquel que me envió.

Juan 16:3

Y harán eso con vosotros porque no conocen ni al Padre ni a mí.

Juan 17:25

Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero yo te conozco, y todos estos han llegado a conocer que tú me has enviado.

Juan 3:16

Tanto amó Dios al mundo, que no dudó en entregarle a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino tenga vida eterna.

Romanos 5:8

Pues bien, Dios nos ha dado la mayor prueba de su amor haciendo morir a Cristo por nosotros cuando aún éramos pecadores.

Romanos 8:19

La creación, en efecto, espera con impaciencia que se nos descubra lo que serán los hijos de Dios.

Romanos 8:21

de compartir, libre de la servidumbre de la corrupción, la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

Romanos 8:32

El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no va a hacernos el don de todas las cosas juntamente con él?

2 Corintios 6:18

Seré padre para vosotros y vosotros seréis mis hijos e hijas, —dice el Señor todopoderoso.

Gálatas 3:26

En efecto, todos vosotros, los que creéis en Cristo Jesús, sois hijos de Dios,

Gálatas 3:29

Y si sois de Cristo, también sois descendientes de Abrahán y herederos según la promesa.

Deuteronomio 14:1

Vosotros sois hijos del Señor vuestro Dios. No os haréis incisiones ni os raparéis la frente por un muerto,

Colosenses 3:3

Porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

1 Juan 3:10

En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo: quien no practica el bien ni ama al hermano, no es hijo de Dios.

1 Juan 3:2

Ahora, queridos, somos hijos de Dios, aunque todavía no se ha manifestado lo que hemos de ser. Pero sabemos que el día en que se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

1 Juan 4:17

Nuestro amor alcanza su más alto nivel de perfección cuando, al compartir nosotros ya en este mundo la condición de Cristo, nos hace esperar confiados el día del juicio.

Apocalipsis 21:7

Al vencedor le reservo esta herencia: yo seré su Dios y él será mi hijo.