1 Juan 2:29

La Palabra (versión española)

Sabéis que Jesucristo es justo. Por eso debéis saber también que todo el que vive rectamente es hijo de Dios.

Referencias Cruzadas

Jeremías 13:23

¿Cambia el etíope de piel o un leopardo sus manchas? Lo mismo pasa con vosotros: ¿Podríais practicar el bien estando educados en el mal?

Zacarías 9:9

Salta de alegría, Sion; grita jubilosa, Jerusalén, porque ya llega tu rey, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borrico, retoño de asna.

Juan 1:13

Estos son los que nacen no por generación natural, por impulso pasional o porque el ser humano lo desee, sino que tienen por Padre a Dios.

Juan 7:18

El que habla por su cuenta, lo que va buscando es su propio honor. En cambio, quien solamente busca el honor de aquel que lo envió, es un hombre sincero y no hay falsedad en él.

Hechos 10:35

Toda persona, sea de la nación que sea, si es fiel a Dios y se porta rectamente, goza de su estima.

Hechos 22:14

Ananías, por su parte, añadió: «El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para manifestarte su voluntad, para que vieras al Justo y oyeras su propia voz.

Hechos 3:14

Rechazasteis al santo y al justo, para pedir a cambio la libertad de un asesino.

2 Corintios 5:21

Al que no tuvo experiencia de pecado, Dios lo trató por nosotros como al propio pecado, para que, por medio de él, experimentemos nosotros el poder salvador de Dios.

Hebreos 7:2

Abrahán, a su vez, le dio la décima parte del botín. Melquisedec, que significa en primer lugar «rey de justicia», era también «rey de Salem», es decir, «rey de paz».

Hebreos 7:26

Un sumo sacerdote así era el que nosotros necesitábamos: santo, inocente, incontaminado, sin connivencia con los pecadores y encumbrado hasta lo más alto de los cielos.

Santiago 1:18

Él, por su libre voluntad, nos engendró mediante la palabra de la verdad para que seamos como primeros frutos entre sus criaturas.

1 Pedro 1:23

ya que habéis nacido de nuevo, no de un germen mortal, sino de uno inmortal, mediante la palabra de Dios viva y permanente.

1 Pedro 1:3

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que, por su inmenso amor y mediante la resurrección de Jesucristo de la muerte, nos ha hecho renacer a una esperanza viviente,

1 Pedro 3:18

También Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como mortal, sufrió la muerte; como espiritual fue devuelto a la vida.

2 Pedro 1:4

a través de preciosos y sublimes dones prometidos. De este modo podréis participar de la misma condición divina, habiendo huido de la corrupción que las pasiones han introducido en el mundo.

1 Juan 2:1

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Ahora bien, si alguno peca, tenemos un intercesor ante el Padre: Jesucristo, el justo.

1 Juan 3:5

Y sabéis que Jesucristo, en quien no hay pecado, vino a borrar nuestros pecados.

1 Juan 3:7

Hijos míos, que nadie os engañe; el que practica el bien es justo, como Jesús es justo.

1 Juan 4:7

Queridos, Dios es la fuente del amor: amémonos, pues, unos a otros. El que ama es hijo de Dios y conoce a Dios.

1 Juan 5:1

Si creemos que Jesús es el Cristo, somos hijos de Dios. Ahora bien, no es posible amar al padre sin amar también al que es hijo del mismo padre.

1 Juan 5:18

En cuanto a nosotros, sabemos que todos los que han nacido de Dios no siguen pecando, pues el Hijo de Dios los protege y los mantiene lejos del alcance del maligno.

1 Juan 5:4

ya que los hijos de Dios están equipados para vencer al mundo. Nuestra fe, en efecto, es la que vence al mundo,

3 Juan 1:11

Pero tú, querido hermano, no imites lo malo, sino lo bueno. Quien hace el bien pertenece a Dios; quien hace el mal es que desconoce a Dios.