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Referencias Cruzadas

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1 Juan 2:24

La Palabra (versión española)

Por vuestra parte, permaneced fieles al mensaje que oísteis desde el principio; si lo hacéis así, participaréis de la vida del Padre y del Hijo.

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27 Referencias Cruzadas  

Guardo tus palabras en mi corazón para así no pecar contra ti.

Compra verdad y no la vendas; y lo mismo sabiduría, instrucción e inteligencia.

tal y como nos los transmitieron quienes desde el principio fueron testigos presenciales y encargados de anunciar el mensaje.

—Escuchadme bien y no olvidéis esto: el Hijo del hombre está a punto de ser entregado en manos de los hombres.

Jesús le contestó: —El que me ama de verdad se mantendrá fiel a mi mensaje; mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a él y haremos en él nuestra morada.

Si permanecéis unidos a mí y mi mensaje permanece en vosotros, pedid lo que queráis y lo obtendréis.

El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él.

Los judíos le preguntaron entonces: —Pero ¿quién eres tú? Jesús les respondió: —¿No es eso lo que os vengo diciendo desde el principio?

Como bien sabéis, filipenses, cuando comenzó a proclamarse el evangelio y tuve que salir de Macedonia, solo vuestra iglesia me abrió cuenta de «haber» y «debe».

Que el mensaje de Cristo os llene con toda su riqueza y sabiduría para que seáis maestros y consejeros los unos de los otros, cantando a Dios salmos, himnos y canciones inspiradas con un corazón profundamente agradecido.

Es preciso, por tanto, que tomemos en serio el mensaje recibido, si no queremos navegar a la deriva.

Porque solo si mantenemos firme hasta el fin la confianza del principio, compartiremos la suerte de Cristo.

eso que hemos visto y oído, os lo anunciamos ahora para que viváis en unión con nosotros como nosotros vivimos en unión con el Padre y con su Hijo Jesucristo.

Pero, si vivimos de acuerdo con la luz, como él vive en la luz, entonces vivimos unidos los unos con los otros y la muerte de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.

Queridos, el mandamiento sobre el que os escribo no es nuevo, sino antiguo, pues lo tenéis desde el principio y es la palabra que escuchasteis.

Quien cumple sus mandamientos, permanece en Dios y Dios en él; así nos lo hace saber el Espíritu que nos dio.

Estamos seguros de que permanecemos en Dios y Dios permanece en nosotros, porque nos ha hecho partícipes de su Espíritu.

Quien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.

Por nuestra parte, hemos conocido y hemos puesto nuestra confianza en el amor que Dios nos tiene. Dios es amor, y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios permanece en él.

Compartimos, en efecto, la verdad que permanece en nosotros y nos acompañará siempre.

Quien se descarría y no permanece fiel a la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios. Pero quien permanece fiel a esa enseñanza, tiene al Padre y al Hijo.

Me alegré sobremanera cuando llegaron los hermanos y me contaron que sigues fiel a la verdad y que vives de acuerdo con ella.

Estoy a punto de llegar. Conserva, pues, lo que tienes, para que nadie te arrebate la corona.

¿No recuerdas aquella tu disposición para escuchar y recibir? Pues mantenla y, si es preciso, cambia de conducta. Porque, si no estás en vela, vendré a ti como un ladrón, sin que puedas saber a qué hora llegaré contra ti.




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