«¿Por qué sucede así?» —os preguntáis—. Pues porque el Señor es testigo de que tú has sido infiel a la esposa de tu juventud, la esposa y compañera con quien te comprometiste.
Pero yo os digo que todo aquel que se separa de su mujer, salvo en caso de inmoralidad sexual, la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa con una mujer separada también comete adulterio.
y que prohíben tanto el matrimonio como el uso de ciertos alimentos, siendo así que Dios ha creado estas cosas para que los fieles, que conocen la verdad, disfruten de ellas dándole gracias.
Si luego vienen sus padres o sus hermanos a demandaros, les diremos: «Perdonadlos, por favor, pues han capturado cada uno una mujer como en la guerra». Y tampoco puede decirse que se las habéis dado vosotros, porque en ese caso seríais culpables.