Si un hombre repudia a su mujer y esta se va de su lado, y se casa con otro hombre, ¿volverá el primero a ella?, ¿no es ya tierra profanada? Y tú, que te has prostituido con tantos y tantos amantes, ¿vas ahora a volver a mí?
Así dice el Señor: ¿Dónde está el acta de divorcio según la cual repudié a vuestra madre? ¿A cuál de mis acreedores os he vendido como esclavos? Por vuestras culpas fuisteis vendidos, solo por vuestras rebeldías fue repudiada vuestra madre.
Además, por haber difamado a una virgen israelita, le impondrán una multa de cien siclos de plata, que darán al padre de la muchacha. Ella continuará siendo su mujer y, mientras viva, no podrá repudiarla.
Pero yo os digo que todo aquel que se separa de su mujer, salvo en caso de inmoralidad sexual, la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa con una mujer separada también comete adulterio.
En otros casos no es el Señor, sino yo, quien les dice que si un cristiano está casado con una mujer que no es cristiana, pero acepta seguir viviendo con él, no se divorcie de ella.