HIRAM también, rey de Tiro, envió sus siervos a Salomón, cuando supo que le habían ungido por rey en lugar de su padre: porque Hiram había sido siempre afecto a David.
¶Y aconteció que cuando Hiram oyó estas palabras de Salomón, regocijóse en gran manera, y dijo: ¡Bendito sea Jehová el día de hoy, el cual ha dado a David un hijo sabio, por rey sobre este tan gran pueblo!
Aborreced lo malo, y amad lo bueno, y restableced la justicia en los tribunales; quizás así Jehová el Dios de los Ejércitos se compadecerá del resto de José.
¶Y he aquí que había en Jerusalem un hombre llamado Simeón; y este hombre era justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
Y razonando Pablo de la justicia, de la continencia y del juicio venidero, Félix, aterrado, respondió: Por ahora véte; cuando tuviere un tiempo conveniente, te enviaré a llamar.