¡No te regocijes, toda tú, oh Filistía, por cuanto se ha roto la vara que te hirió; porque de la raíz de la serpiente saldrá la víbora, y del fruto suyo, serpiente ardiente voladora!
Sus viudas se me aumentan más que la arena de los mares; les traigo el asolador al mediodía, contra la madre del escogido guerrero: hago caer sobre ella de repente angustia y terrores.
y a toda la gente mixta, y a todos los reyes de la tierra de Uz; y a todos los reyes de la tierra de los Filisteos, a saber, de Ascalón, y de Gaza, y de Ekrón, y de lo que resta de Asdod;
Dirán sus enemigos: ¡Proclamad guerra contra ella! ¡Levantaos, subamos, al mediodía! ¡Mas ay de nosotros, porque pasa ya el mediodía, porque se extienden las sombras de la tarde!