¡También vosotros los Etíopes seréis traspasados con mi espada!
¡Levántate, oh Jehová! ¡arróstrale, póstrale! ¡libra mi alma del inicuo con tu espada;
¡Ah! Asiria, vara de mi ira: y el palo en su mano es instrumento de mi indignación.
Vienen de tierra lejana, desde el fin de los cielos; a saber, Jehová y las armas de su indignación, para asolar toda la tierra de Babilonia.
Entonces dijo Jehová: De la manera que mi siervo Isaías ha andado desnudo y descalzo por tres años, como señal y tipo para Egipto y Etiopía;
porque yo soy Jehová tu Dios, el Santo de Israel, Salvador tuyo: yo dí a Egipto por tu rescate, y a Etiopía y a Sabá en lugar de ti.
Y fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas quebraré los brazos de Faraón, y él gemirá, con los gemidos de un hombre mortalmente herido, delante de aquél.