Entonces será que al acostarse él, tú notarás bien el lugar donde se acostare; luego irás, y alzando la cubierta de sus pies, te acostarás allí, para que él te diga lo que has de hacer.
Absteneos de toda forma de mal.
Lávate pues, y úngete, y ponte tus mejores ropas, y baja a la era; mas no te des a conocer al hombre hasta que haya acabado de comer y beber.
Y ella le respondió: Todo cuanto me dices, yo lo haré.