Dijo también: Estas seis medidas de cebada me ha dado, porque me dijo: No vuelvas con las manos vacías a tu suegra.
Ella también fué a su suegra; la cual dijo: ¿Qué hay, hija mía? y ella le contó todo lo que le había hecho aquel hombre.
Y ésta dijo: Siéntate tranquila, hija mía, hasta que sepas como caerá la cosa; porque no descansará ese hombre hasta que haya acabado el asunto hoy.