No abandones a tu amigo, ni al amigo de tu padre, para ir a la casa de tu hermano en el día de tu calamidad; pues mas vale el amigo allegado que el hermano alejado.
Si no lo sabes, ¡oh tú, la más hermosa entre las mujeres! sal a buscarle, siguiendo las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritos junto a las cabañas de los pastores.
Ella pues tuvo estrecha compañía con las criadas de Booz, para espigar, hasta acabarse la siega de las cebadas y la siega de los trigos; mas habitaba con su suegra.