Ella entonces cayó sobre su rostro, postrándose en tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos, para que hagas caso de mí, extranjera como soy?
Porque alzando los ojos miró, y he aquí que tres varones estaban en pie cerca de él; y cuando los vió, corrió a recibirlos, desde la puerta de su tienda, e inclinóse a tierra,
Porque aun cuando todos los de la casa de mi padre no éramos sino dignos de muerte para con mi señor el rey, sin embargo pusiste a tu siervo entre los que comen a tu mesa: ¿qué derecho pues me queda todavía para reclamar más de parte del rey?
¶Entonces el rey David fué y se sentó delante de Jehová, y dijo: ¿Quién soy yo, oh Señor, Jehová, y cuál es mi casa, para que me hayas elevado hasta tal punto?
Como uno de vuestra misma nación os ha de ser el extranjero que morare con vosotros, y le amarás como a ti mismo: porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.
Mas Booz le respondió, diciendo: Muy por menudo se me ha referido cuanto has hecho para con tu suegra, después de la muerte de tu marido; y cómo has dejado a tu padre y a tu madre y la tierra de tu nacimiento, y has venido a un pueblo que nunca conociste antes.
A lo que ella respondió: ¡Halle yo gracia en tus ojos, señor mío! porque me has consolado, y porque has hablado cariñosamente a tu sierva; aunque yo no sea como una de estas tus siervas.
Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy, y en qué parte has trabajado? ¡Sea el que hizo caso de ti bendito! Ella pues manifestó a su suegra con quién había trabajado, diciendo: El hombre con quien he trabajado hoy se llama Booz.
Y dijo Rut la moabita a Noemí: Me iré, si te parece, al campo, y recogeré espigas en pos de cualquiera en cuyos ojos yo hallare gracia. Y ella dijo: Anda, hija mía.
Fija tus ojos en el campo donde ellas segaren, y anda en pos de ellas: ¿no he mandado yo a los criados que no te toquen? Y cuando tuvieres sed, véte a las vasijas y bebe del agua que han sacado los criados.