Dijo entonces Noemí a sus dos nueras: Andad, volveos cada cual a casa de su madre: ¡use Jehová de misericordia para con vosotras, conforme la habéis usado vosotras para con los muertos y conmigo!
Ahora pues, ¡use Jehová para con vosotros de misericordia y de fidelidad! y yo también os recompensaré esta buena acción, por cuanto habéis hecho esto.
Entonces dijo Noemí a su nuera: ¡Bendito sea él de Jehová! porque nunca ha desistido de su benevolencia para con los vivos, ni para con los muertos. Le dijo además Noemí: Pariente cercano nuestro es ese hombre; uno de nuestros redentores es.
A lo que dijo él: ¡Bendita seas de Jehová, hija mía! has hecho que tu postrera bondad sea mayor que la primera, en no andar tras los jóvenes, sean pobres o ricos.