Entonces dijo Elías a Eliseo: Ruégote te quedes aquí; porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Mas Eliseo le respondió: ¡Por vida de Jehová, y por vida tuya, que no te dejaré! Bajaron pues a Bet-el.
Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién debáis servir, si a los dioses que sirvieron vuestros padres que habitaban más allá del río, o a los dioses de los Amorreos en cuya tierra habitáis: que en cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová.
Mas Josué respondió al pueblo: No podréis servir a Jehová; porque es Dios santo; Dios celoso es; no sufrirá vuestras transgresiones y vuestros pecados.
De entre nosotros salieron, mas no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, hubieran permanecido con nosotros; empero salieron, para poner de manifiesto que no todos son de nosotros.
¿No es cierto que lo que te hiciere poseer Cemos tu dios, lo seguirás poseyendo? Así pues, todo aquello de que Jehová nuestro Dios haya desposeído a nuestros adversarios, delante de nosotros, nosotros continuaremos poseyendo.
A lo cual le dijo Rut: No te empeñes conmigo para que te deje, ni que me vuelva de en pos de ti: porque a dondequiera que tú fueres, iré yo; y en donde morares, moraré yo; tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios: