¡Volveos, hijas mías, idos! que yo ya soy muy vieja para tener marido; y aun cuando dijere: Tengo esperanza; también si fuere esta noche casada, y asimismo diere a luz hijos,
Entonces Abraham cayó sobre su rostro y rióse, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿y Sara, mujer de noventa años, ha de parir?
Dijo entonces Judá a Tamar su nuera: Quédate viuda en casa de tu padre, hasta que crezca Sela mi hijo; porque decía: No suceda que muera él también, como sus hermanos. Se fué pues Tamar, y habitó en casa de su padre.
¿esperaríais por su causa hasta que creciesen? ¿os abstendríais por su causa de tener marido? No hijas mías; pues por vuestra causa mucho me duele que haya salido contra mí la mano de Jehová.