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Referencias Cruzadas

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Proverbios 9:8

Biblia Version Moderna (1929)

No corrijas al escarnecedor, no sea que te aborrezca; corrige al sabio, y te amará.

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23 Referencias Cruzadas  

Y avisaron al rey, diciendo: Ahí está Natán profeta. Y como él entrase en la presencia del rey, postróse a tierra sobre su rostro delante del rey.

Entonces dijo el rey David: Llamadme a Sadoc sacerdote, y a Natán profeta, y a Benaya hijo de Joiada: y ellos entraron delante del rey.

Y respondió el rey de Israel a Josafat: Todavía hay un hombre por medio de quien pudiéramos consultar a Jehová; pero yo le aborrezco, porque nunca profetiza acerca de mí cosa buena, sino siempre mala; es a saber, Micaya hijo de Imla. A lo cual respondió Josafat: No hable el rey  así.

Hiérame el justo; será para mí un favor; corríjame también; me será como ungüento para la cabeza; no lo rehusará mi cabeza, aunque se repita: pero mi oración se elevará contra las maldades de aquellos.

oiga también el sabio, para que aumente su caudal, y el entendido, para que adquiera consejos sabios:

El sabio de corazón recibirá preceptos; mas el tonto locuaz caerá.

EL hijo sabio oye la amonestación de su padre; pero el escarnecedor no escucha la reprensión.

Pobreza y oprobio tendrá aquel que desecha la corrección; mas el que atiende a la reprensión será honrado.

El escarnecedor no ama al que le reprende; no quiere acercarse a los sabios.

Hiere al mofador, y el simple se hará avisado; reprende al hombre entendido, y él se hará inteligente en el saber.

Compra la verdad, y no la vendas; la sabiduría también, y la instrucción y la inteligencia.

No te pongas a hablar a oídos del insensato; porque despreciará la cordura de tus dichos.

El que reprende a un hombre, hallará después más favor que aquel que le engalla con palabras lisonjeras.

AQUEL que, siendo muchas veces reprendido, endurece la cerviz, será de repente quebrantado, y eso sin remedio.

Pero ellos quedaron callados, y no le respondieron palabra; porque ello era mandamiento del rey, que dijo: No le respondáis.

¶No odiarás a tu hermano en tu corazón; ciertamente reprenderás a tu prójimo, para que no lleves pecado por su causa.

Dejadlos: son ciegos, guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

¶No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos; no sea que las rehuellen con sus pies, y volviéndose sobre vosotros, os despedacen.




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