que no reciba cien veces tanto ahora en este tiempo, casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras, con persecuciones, y en el siglo venidero vida eterna.
porque el ejercicio corporal para muy poco es provechoso; pero la piedad para todo aprovecha, teniendo la promesa de la vida que ahora es, y de la que ha de ser: