Como una zarza levantada en mano de un borracho, así es una sentencia sabia en boca de los insensatos.
Dirás: ¡Me han herido, pero no me dolió! ¡me han golpeado, y no lo sentí! cuando despertare, lo tornaré aún a buscar.
Como arquero que a todos hiere, es el que toma a sueldo los insensatos y los vagabundos.
Como atado de joyas en un montón de piedras, es la honra que se da al insensato.