También el que es flojo en su trabajo hermano es de aquel que maltrata su hacienda.
He venido a ser hermano de los chacales, y compañero de los avestruces.
Pobre permanece aquel que trabaja con mano negligente; pero la mano de los diligentes enriquece.
Las palabras del chismoso son bocados muy suaves, pues descienden a lo más interior del cuerpo.
La pereza hunde en un sueño profundo; y el alma negligente padecerá hambre.
El que roba a su padre, o a su madre, y dice: ¡No es transgresión! compañero es del bandolero.
Respondiendo su señor, le dijo: ¡Siervo malvado y perezoso! sabías que siego donde no sembré, y cosecho donde no esparcí:
no perezosos en los quehaceres; fervorosos en espíritu, sirviendo al Señor;
que no seáis indolentes, sino imitadores de aquellos que, por medio de la fe y la paciencia, heredan las promesas.