¡Oye, oh Jehová, Dios nuestro, cómo somos despreciados; y vuelve la afrenta de ellos sobre su misma cabeza, entregándolos a ser despojados en tierra de cautiverio;
¡La afrenta me ha quebrantado el corazón, y estoy lleno de pesadumbre; y esperaba quien se compadeciera de mí, mas no lo hubo; y consoladores, mas no los hallé!
¶Entonces se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: ¡Ah! hombre perverso y rebelde! ¿no sé yo acaso, como has escogido al hijo de Isaí para afrenta tuya, y para oprobio del pudor de tu madre?