En cuanto a mí, no me he retirado de apacentar tu grey en pos de ti, ni he deseado que venga el día de desesperación; tú, Señor, lo sabes; lo que salió de mis labios delante de tu rostro estaba.
Dirás pues a los hijos de Ammón: ¡Oíd el oráculo de Jehová el Señor! Así dice Jehová el Señor: Por cuanto dijiste: ¡Ea! ¡ea! respecto de mi Santuario cuando fué profanado, y de la tierra de Israel cuando fué desolada, y de la casa de Judá, cuando ellos fueron en cautiverio;
Pues según habéis bebido sobre mi santo monte, asimismo beberán todas las naciones continuamente: beberán, y apurarán el cáliz, y vendrán a quedar cual si nunca hubiesen sido.
Pero aquel que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano padecer necesidad, y cierra contra él sus entrañas de conmiseración, ¿cómo podrá habitar el amor de Dios en él?