¶¡Bendito sea Jehová, el Dios de nuestros padres, que ha puesto tal pensamiento en el corazón del rey, para hacer honra a la Casa de Jehová que está en Jerusalem;
¡Ruégote, oh Señor, que esté atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos que se deleitan en temer tu nombre, y da próspero suceso, te lo ruego, a tu siervo el día de hoy, y concédele que halle misericordia delante de aquel varón! Pues yo era copero del rey.
Sucedió pues que cuando vieron los capitanes de los carros a Josafat, dijeron: El rey de Israel es; por lo cual se volvieron para pelear contra él. Y Josafat alzó el grito; y Jehová le ayudó; y Dios los movió a que le dejasen.