Por tanto, oh rey, séate mi consejo acepto, y rompe con tus pecados, por medio de justicia, y con tus iniquidades, usando de misericordia para con los pobres; si por acaso pueda haber alguna prolongación de tu tranquilidad.
Os digo que éste descendió a su casa justificado más bien que el otro: porque todo aquel que se ensalza, será humillado; mas el que se humilla, será ensalzado.