¶Y el mensajero que había ido a llamar a Micaya, le habló, diciendo: He aquí que los dichos de los profetas con una sola boca anuncian un buen suceso al rey; ruégote pues que sea tu dicho como el dicho de uno de ellos, y que hables lo que es bueno.
Juntó pues el rey de Israel a los profetas de Baal, como cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Subiré a la guerra contra Ramot-galaad, o desistiré? A lo que dijeron ellos: Sube; que la entregará el Señor en mano del rey.
Ojalá tuviera en el desierto un albergue de viandantes; para que dejase a mi pueblo, para que me alejase de ellos: pues que todos son adúlteros, una asamblea de hombres desleales.
Habéis arado maldad; injusticia es lo que habéis segado; habéis corrido el fruto de mala fe; por cuanto confiaste, oh Israel, en tu mismo camino, y en la multitud de tus hombres valientes.
Efraim me tiene rodeado de mentiras, y la casa de Israel de falsedades; Judá también es aún inconstante con su Dios, y con el Santísimo, el cual es fiel.
Porque son guardados los estatutos de Omri, y todas las obras de la casa de Acab; y andáis en los consejos de ellos, a fin de que yo te haga una desolación, y a los habitantes de ella un silbido; y llevaréis vosotros el oprobio de mi pueblo.
sus dos manos están listas para hacer maldad; el príncipe pide regalos, y el juez decide por cohecho, también el grande habla sin reparo del deseo de su alma: y así entretejen las intrigas.
los cuales, conociendo la ley de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.