¡Contended contra vuestra madre, contended, (porque ella no es mi mujer, ni yo soy su marido,) para que aparte sus fornicaciones de su presencia, y sus adulterios de entre sus pechos!
ASÍ dice Jehová: ¿Dónde está la carta del divorcio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿o a cuál de mis acreedores os he vendido? He aquí que por vuestras iniquidades fuisteis vendidos; y por vuestras transgresiones fué repudiada vuestra madre.
Dirás pues: ¡Oíd el oráculo de Jehová, oh reyes de Judá, y vosotros los habitantes de Jerusalem! Así dice Jehová de los Ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que voy a traer un mal sobre este lugar, tal así que a cualquiera que lo oyere le retiñirán los oídos:
Anda y clama a oídos de Jerusalem, diciendo: Así dice Jehová: Acuérdome a tu favor, de la ternura de tu juventud, del amor de tus desposorios, cuando me seguiste por el desierto, en una tierra que no se sembraba.
SUELE decirse: Cuando un hombre despide a su mujer, y apartándose ésta de él, viene a ser de otro marido, ¿podrá él volver más a ella? ¿no será aquella tierra totalmente contaminada? Mas tú has fornicado con muchos amantes; ¡sin embargo, vuélvete a mí, dice Jehová!
Solamente que reconozcas tu iniquidad, a saber, que contra Jehová tu Dios te has rebelado, y te has prostituído a los dioses extraños debajo de todo árbol frondoso, y no has escuchado mi voz, dice Jehová.
En aquellos días la casa de Judá andará con la casa de Israel, y juntas vendrán desde la tierra del Norte a la tierra que dí en herencia a vuestros padres.
Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas, que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas, para que fuesen consumidos. ¿Acaso tus fornicaciones eran cosa muy insignificante,
En cada encrucijada de camino edificaste tu alto, e hiciste abominable tu hermosura, abriendo tus pies a cualquiera que pasaba, y multiplicando así tus fornicaciones.
Sin embargo, los hombres justos las juzgarán con el juicio de adúlteras, y con el juicio de mujeres que derraman sangre; porque adúlteras son, y hay sangre en sus manos.
¶Cuando por primera vez Jehová habló por Oseas, dijo Jehová a Oseas: Anda, toma para ti una mujer fornicaria, e hijos de fornicaciones: porque la tierra comete horrible fornicación, apartándose de en pos de Jehová.
Pues su madre ha cometido fornicación, y la que los dió a luz se ha portado desvergonzadamente: porque ella ha dicho: Iré en pos de mis amantes, los cuales me han dado mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis licores.
Va delante de ellos aquel que les abre paso; se abren paso, y van por la puerta, y salen por ella: y pasa su Rey delante de ellos; sí, Jehová mismo está a su frente.
Por tanto, nosotros de ahora en adelante, no conocemos a nadie según la carne: y aunque hayamos conocido a Cristo según la carne, ahora empero no le conocemos más así.