No se apartará de Judá el cetro, ni la vara de gobernador de entre sus pies, hasta que venga el Pacificador: y a Él será tributada la obediencia de las naciones.
Porque de igual manera los hijos de Israel aguardarán muchos días sin rey, y sin príncipe, y sin sacrificio, y sin estatua, y sin efod y sin ídolos domésticos.
Mas ahora, ¿por qué clamas en alta voz? ¿No hay acaso rey en ti? ¿ha perecido tu consejero, para que se apoderen de ti dolores, como de mujer que da a luz?
Mas ellos gritaron: ¡Quítale, quítale! ¡crucifícale! Pilato les dice: ¿A vuestro rey tengo de crucificar? Respondieron los jefes de los sacerdotes: ¡No tenemos más rey que César!