Porque míos son todos los primogénitos de entre los hijos de Israel así de hombres como de animales; el día en que herí a todo primogénito en la tierra de Egipto, los santifiqué para mí.
¶Y aconteció que a la media noche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono, hasta el primogénito del cautivo que estaba en el calabozo; y todo primogénito de bestia.
¶Esto empero, los primogénitos de los animales que por primogenitura son de Jehová, nadie los podrá santificar; sea ganado vacuno o sea ovejuno, son ya de Jehová.
Porque todos los primogénitos son míos: pues en el día que herí a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, santifiqué para mí todos los primogénitos de Israel, así de hombres como de bestias; míos serán. Yo Jehová.
¿de cuánto más severo castigo, pensáis, que será tenido por digno aquel que ha hollado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha estimado como inmunda la sangre del pacto con que había sido consagrado al servicio de Dios, y ha hecho ultraje al Espíritu de gracia?