doce cucharas de oro llenas de incienso; de diez siclos cada cuchara, según el ciclo del Santuario: todo el oro de las cucharas fué ciento veinte siclos:
y los tazones, y las despabiladeras, y las tazas, y las cucharas, y los incensarios, de oro preciosísimo: y los goznes, así para las puertas de la Casa de adentro, es decir, del Lugar Santísimo, como para las puertas de la Casa, es decir, del Templo, eran de oro.
Esto es lo que ha de dar todo aquel que fuere incluído entre los empadronados: la mitad de un siclo, conforme al ciclo del Santuario (veinte geras son un siclo); medio siclo por ofrenda a Jehová.
ciento y treinta siclos fué el peso de cada fuente de plata, y setenta el de cada tazón: toda la plata de estos vasos fué dos mil cuatrocientos siclos, según el siclo del Santuario:
todos los novillos para holocaustos fueron doce; doce los carneros, doce los corderos del primer año, con sus ofrendas vegetales, y doce los machos cabríos para ofrenda por el pecado:
Y entrando en la casa, hallaron al niño, con su madre María; y cayendo en tierra, le tributaron homenaje: y abriendo sus tesoros, le ofrecieron dones: oro, olíbano y mirra.