¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? dice Jehová. Harto estoy de holocaustos de carneros, y de sebos de animales engordados: no tengo complacencia en la sangre de toros, ni de corderos, ni de machos cabríos.
Fué oprimido; pero él mismo se humilló, y no abre su boca: como cordero, es conducido al matadero; y como es muda la oveja delante de los que la esquilan, así él no abre su boca.
Pues aunque me presentéis holocaustos con vuestras ofrendas vegetales, no los aceptaré; ni miraré propicio los sacrificios de vuestros animales cebados.