Ni aun por su padre, ni por su madre, ni por su hermano, ni por su hermana se ha de contaminar, cuando ellos murieren; porque la consagración de su Dios está sobre su cabeza.
Además no se llegarán a ningún muerto para contaminarse; mas por padre, o por madre, o por hijo, o por hija, o por hermano, o por hermana que no haya tenido marido, sí, podrán contaminarse.
¶Mas hubo algunos hombres que estaban inmundos a causa de un cadáver, de modo que no podían celebrar la Pascua en aquel día. Por lo cual se presentaron delante de Moisés y Aarón en aquel día,