y los mecerá el sacerdote por ofrenda mecida delante de Jehová; (cosa santa es para el sacerdote, a más del pecho mecido y la espaldilla alzada); y después de esto podrá el nazareo beber vino.
Y en este monte hará Jehová de los Ejércitos, para todas las naciones, un banquete de manjares pingües, banquete de vinos sobre las heces; de manjares pingües de mucho meollo, de vinos sobre las heces, bien refinados.
Y los rescatados de Jehová volverán, y vendrán a Sión con canciones; y regocijo eterno estará sobre sus cabezas; ¡alegría y regocijo recibirán, y huirán el dolor y el gemido!
Ellos traerán la pierna de la ofrenda alzada y el pecho de la ofrenda mecida, además de las ofrendas encendidas de los sebos, para hacerlos mecer por ofrenda mecida delante de Jehová; luego serán para ti, y para tus hijos contigo, porción legal perpetua; según ha mandado Jehová.
Sus mismas manos han de traer las ofrendas encendidas de Jehová; el sebo a más del pecho traerá a este efecto; para que el pecho sea mecido como ofrenda mecida delante de Jehová.
porque yo he tomado de los hijos de Israel, de sus ofrendas pacíficas, el pecho mecido y la pierna alzada, y se los he dado al sacerdote Aarón y a sus hijos como porción legal suya para siempre, de parte de los hijos de Israel.
Y los de Efraim serán como héroes; y su corazón se regocijará como a causa de vino; sus hijos también lo verán y se regocijarán; se alegrará su corazón en Jehová.
Jehová de los Ejércitos será escudo por encima de ellos; y devorarán a sus contrarios, y hollarán con desprecio las piedras de la honda; beberán también, y harán alboroto, como a causa de vino; y estarán llenos como tazones, y como los ángulos del altar.
En seguida el sacerdote tomará de mano de la mujer la ofrenda vegetal de celos, y mecerá la ofrenda vegetal delante de Jehová, y la presentará delante del altar.
¶Esta es la ley respecto de aquel que ha hecho voto de nazareo, y de su oblación a Jehová con motivo de su nazareato, a más de lo que alcanzaren sus recursos: al tenor de su voto que ha hecho, así ha de hacer, además de lo que exige la ley de su nazareato.