Y llegaron éstos que van escritos por nombre, en días de Ezequías, rey de Judá, e hirieron las tiendas de ellos, y a los Meunitas que se hallaban allí; y los destruyeron totalmente hasta el día de hoy, y habitaron en su lugar: por cuanto había allí pastos para sus ganados.
Y haré que vuelva mi rebaño de Israel a su antiguo pasturaje; y pacerá en el Carmelo y en el Basán, y sobre las montañas de Efraim y de Galaad se saciará su alma.
¡Pastorea a tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu herencia, que habita solitario en la selva, en medio del Carmelo! ¡pazcan ellos en Basán y en Galaad, como en los días de la antigüedad!
Mas Israel le hirió a filo de espada, y posesionóse de su tierra, desde el Arnón hasta el Jaboe, es decir, hasta los hijos de Ammón; porque era fuerte la frontera de los hijos de Ammón.
Mas Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo; porque a él y a todo su pueblo y su tierra los he entregado en tu mano. Y harás con él como hiciste con Sehón, rey amorreo, que habitaba en Hesbón.
para desposeer delante de ti naciones más grandes y más fuertes que tú, a fin de hacerte entrar y darte en herencia la tierra de ellos, como hoy se ve.