A lo cual respondió Judá: ¿Que diremos a mi señor? ¿qué hablaremos, o cómo nos justificaremos? Dios ha puesto en descubierto la iniquidad de tus siervos. ¡Henos aquí, siervos de mi señor, así nosotros como aquel en cuyo poder fué hallada la copa!
Y yo el día de hoy soy débil, aunque ungido rey; y estos hombres, los hijos de Sarvia, son demasiado duros para mí. ¡Recompense Jehová al que hace mal, conforme a su maldad!
Así Jehová hará volver su sangre sobre su misma cabeza; puesto que acometió a dos hombres más justos y mejores que él, y los mató a espada; sin que mi padre David lo supiese: a saber, a Abner hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá.
¡Vuelva pues la derramada sangre de ellos sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su linaje para siempre; mas sobre David, y sobre su linaje, y sobre su casa, y sobre su trono, haya paz para siempre de parte de Jehová!
Porque se han multiplicado nuestras transgresiones delante de ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros; porque nuestras transgresiones están con nosotros, y en cuanto á nuestras iniquidades, las conocemos;
¶Y dijeron cada uno a su compañero: Venid, echemos suertes, para que sepamos por qué causa nos ha acaecido esta desgracia. En efecto echaron suertes, y cayó la suerte sobre Jonás.
Así pues no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor; el cual sacará a luz las obras encubiertas de las tinieblas, y pondrá de manifiesto los propósitos de los corazones; y entonces cada cual tendrá su alabanza de Dios, y no del hombre.