Faraón rey de Egipto, había subido y tomado a Gezer, y la había quemado a fuego, matando a los cananeos que habitaban en la ciudad; y se la había dado como dote a su hija, la mujer de Salomón.
Vuestra tierra está asolada, vuestras ciudades abrasadas a fuego; vuestro país, en vuestra misma presencia extraños lo devoran, y desolado está, como destruído por extraños.
Pero los hijos de Israel tomaron cautivas a las mujeres de Madián y sus niños: hicieron presa también de todas sus bestias, y de todas sus posesiones de ganado, con todos sus haberes.
Y quemaron a fuego la ciudad con cuanto en ella había; sólo que la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, los pusieron en el tesoro de la Casa de Jehová.
Y FUÉ así que cuando David y sus hombres llegaron a Siclag, al tercer día, supieron que los Amalecitas habían hecho una incursión contra el Mediodía, y contra Siclag: en efecto, habían herido a Siclag, y la habían quemado a fuego: