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Referencias Cruzadas

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Números 27:3

Biblia Version Moderna (1929)

Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo en el motín de los que se juntaron contra Jehová, en el séquito de Coré; sino que murió en su propio pecado, y no tuvo hijos varones.

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16 Referencias Cruzadas  

He aquí que todas las almas son mías: coma el alma del padre, así también el alma del hijo; mías son todas; y el alma que pecare, ésa es la que morirá.

Yo Jehová he hablado: ¡Juro que haré esto a esta perversa Congregación, que se ha levantado contra mí! en este desierto se irán consumiendo, y en él morirán.

Y Coré juntó contra ellos toda la Congregación, a la entrada del Tabernáculo de Reunión. Entonces apareció la gloria de Jehová a toda la Congregación.

Y fueron los muertos por la plaga catorce mil setecientos; sin contar los que murieron por el asunto de Coré.

Pero Zelofehad, hijo de Hefer, no tuvo hijos sino hijas; y los nombres de las hijas de Zelofehad fueron Maala y Noa, Hogla, Milca y Tirsa.

y se presentaron delante de Moisés y de Eleazar el sacerdote, y delante de todos los príncipes de toda la Congregación, a la entrada del Tabernáculo de Reunión, diciendo:

¿Por qué ha de ser borrado el nombre de nuestro padre de en medio de su parentela, por no haber tenido hijo varón? Danos a nosotras herencia entre los hermanos de nuestro padre.

¶Otra vez, pues, Jesús les dijo: Yo me voy, y vosotros me buscaréis, y en vuestros pecados moriréis: donde yo estoy, vosotros no podéis venir.

Por tanto os dije que moriréis en vuestros pecados: porque a menos que creyereis que yo soy, moriréis en vuestros pecados.

¶Por tanto, de la manera que por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por medio del pecado la muerte, y así la muerte pasó por todos los hombres, por cuanto todos pecaron: —

para que, de la manera que reinó el pecado en muerte, así también reinase la gracia, por medio de justicia, a vida eterna, por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Porque el salario del pecado es muerte; mas el don gratuito de Dios es vida eterna, en Cristo Jesús Señor nuestro.




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