Es Dios quien le saca de Egipto; tiene Israel fuerzas como de uro: devorará las naciones, sus adversarios, y les desmenuzará los huesos, y con sus saetas los atravesará.
Pero si oyeres atentamente su voz e hicieres todo lo que yo te mandare, entonces yo seré el enemigo de tus enemigos, y el adversario de tus adversarios.
Israel es una grey descarriada: los leones la han dispersado; al principio el rey de Asiria la devoró, y últimamente este Nabucodonosor rey de Babilonia le ha quebrantado los huesos.
Pues he aquí que voy a levantar y a traer contra Babilonia una asamblea de naciones grandes desde el Norte; las cuales se pondrán en orden contra ella; entonces será ella tomada: sus flechas serán como de un valiente, que a las madres las priva de hijos; ninguna de ellas tornará en balde.
Luego el rey dió orden, y trajeron a aquellos hombres que habían puesto acusación contra Daniel, y los echaron en el foso de los leones, a ellos, a sus hijos y a sus mujeres: y aun no habían llegado al suelo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebrantaron todos sus huesos.
Empero no os rebeléis contra Jehová, ni temáis al pueblo de esa tierra, porque no son más que pan para nosotros: su amparo se ha apartado de ellos, mientras que Jehová es con nosotros; no los temáis.
Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés, diciendo: ¿Por qué nos habéis hecho subir de Egipto para morir en el desierto? que no hay pan, y no hay agua; ¡y nuestra alma tiene ya aborrecido este pan detestable!
He aquí que el pueblo como leona se levantará, y cual león se ensalzará en poder: no se acostará hasta que comiere de la presa, y bebiere de la sangre de los degollados.
Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada comerá carne; embriagarélas con la sangre de muertos y de cautivos, de la cabeza de los caudillos del enemigo.
CUANDO te hubiere introducido Jehová en la tierra adonde vas para poseerla, y hubiere echado muchas naciones de delante de ti, al Heteo, al Gergeseo, al Amorreo, al Cananeo, al Perezeo, al Heveo y al Jebuseo, siete naciones más grandes y más fuertes que tú;
Porque hemos oído decir cómo Jehová secó las aguas del Mar Rojo delante de vosotros, cuando salisteis de Egipto; y lo que hicisteis a los dos reyes de los Amorreos, que estaban de la otra parte del Jordán, a Sehón y a Og, a quienes destruisteis completamente.