Muchos me dirán en aquel día: ¡Señor! ¡Señor! ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchas obras poderosas?
Pues estuvo sobre él el Espíritu de Jehová, y juzgó a Israel: y salió a la guerra; y Jehová entregó en su mano a Cusán-risataim, rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusán-risataim.
Y cuando llegaron allá a Gabaa, he aquí una compañía de profetas que venía a su encuentro: entonces el Espíritu de Dios apoderóse de él, de manera que profetizó en medio de ellos.
Entonces Saúl envió mensajeros para prender a David. Mas como ellos viesen la compañía de profetas que estaban profetizando, y a Samuel en pie que los presidía, estuvo sobre los mensajeros de Saúl el Espíritu de Dios, de manera que ellos también profetizaron.
Y él fué allá a Nayot en Ramá; mas estuvo también sobre él el Espíritu de Dios, de manera que siguió adelante, andando y profetizando, hasta que llegó a Nayot en Ramá.